Desde hace unas dos décadas, los trasplantes de órganos son el tratamiento estándar de las enfermedades graves que cursan con insuficiencia orgánica permanente. Sin embargo, cada año mueren muchos pacientes que podrían haberse salvado si se hubiera dispuesto a tiempo de un órgano donado. En Alemania, unas 12.000 personas esperan un órgano de este tipo.

La ley que introduce la solución decisoria está en vigor desde el 1 de noviembre de 2012. A partir de los 16 años, se pide periódicamente a todos los ciudadanos que reflexionen sobre el tema de la donación de órganos y tejidos y que tomen una decisión sobre si están dispuestos a donar sus propios órganos. Las cifras actuales demuestran la importancia de este tema: el 98% de los ciudadanos alemanes desearía beneficiarse de un trasplante de órganos en caso de enfermedad propia, pero solo alrededor del 16% está dispuesto a donar y lleva consigo una tarjeta de donante.

Quienes se deciden a favor o en contra de la donación de órganos evitan a sus familiares tener que tomar una decisión en caso de emergencia. La tarjeta de donante de órganos sirve para documentarlo por escrito y debe llevarse siempre con los documentos de identificación personal, ya que es el primer lugar en el que hay que mirar en caso de accidente para poder informar a los familiares. No obstante, la tarjeta también puede dejarse en manos de familiares o de una persona de confianza no relacionada. La tarjeta de donante de órganos no se registra ni se deposita en ningún organismo oficial. Quien cambie de opinión y ya no desee ser donante sólo tiene que destruir la tarjeta.

El Centro Federal de Educación Sanitaria proporciona información completa. En su sitio web ofrece información sobre la nueva situación legal, sobre todos los aspectos de la extracción, obtención y trasplante de órganos, así como sobre el marco jurídico. Además, de lunes a viernes de 9.00 a 18.00 horas está disponible una línea telefónica gratuita de información en el número 0800 9040400.

Los debates actuales sobre la asignación de órganos de donantes y los lamentables descubrimientos no cambian el hecho de que cada cual debe tomar primero su propia decisión, porque la donación de órganos salva vidas, quizá incluso la propia.